martes, 8 de septiembre de 2009

EL ÚLTIMO ADIOS


Hace unos días recibí una noticia impactante, inesperada y sobre todo muy triste. Un buen amigo me llamó al celular para avisarme que alguien cercano y muy estimado había fallecido el día anterior y que ya lo estaban enterrando. Al cortar la llamada simplemente me puse helada y sin saber que hacer, alguna que otra lágrima deje escapar de mis ojos pero me contuve pues estaba en la calle y no quería que los demás notaran mi pesar. Durante toda la tarde vinieron a mi memoria los momentos compartidos con este compañero, los buenos y malos ratos, las conversaciones graciosas, las serias, las regañadas, las ayudas y todo lo que compete a una amistad. Lo que me dio mas pena y culpa fue que al final del año pasado en una reunión de trabajo tuve un pequeño altercado con él y nos dejamos de hablar, él tuvo una actitud conmigo que no me agradó y desde ese momento nuestra amistad tomó caminos distintos. Al volver a vernos, después de unos días, el quería disculparse y arreglar las cosas pero como soy orgullosa y resentida no considere siquiera esa posibilidad y mucho menos deseaba conversar para aclarar las cosas. Simplemente le dí mas peso a una actitud de momento que a 3 años de amistad y momentos lindos de compañerismo, me hice la que no me importaba y así dejamos de vernos.


Ahora con esta noticia no puedo dejar de recriminarme por esa actitud infantil que tuve con él, me hubiera gustado que el último recuerdo que tuviera de mi fuera positivo y digno de recordar. Que pena que el último adiós que nos dimos fue tan frió, que pena que no tuvimos la oportunidad de arreglar las cosas y volver a ser los amigos de siempre, no le di importancia y decidí seguir mi camino muy apartado del suyo minimizando los lindos momentos que pasamos durante mi estadía en ese centro laboral.


Pero tengo la esperanza que desde el Cielo el sepa que lo quiero mucho, que daría cualquier cosa por retroceder el tiempo y perdonar la actitud para continuar con nuestra amistad. En mi cabeza tengo el sonido de su risa y de su voz que acompañaba mis tardes, esa actitud positiva y de su energía, sus recomendaciones sobre la salud y el ejercicio, las salsas que solía cantar y de su forma despistada muchas veces de trabajar que me metía en problemas que luego debía resolver ingeniosamente.


Esto me hace reflexionar sobre el irse de algún lugar enojados con alguien, de poner mala cara o simplemente no perdonar los errores alguna vez cometidos. No debemos dar importancia a estas peleas de kinder pues la vida es tan corta y no sabemos en que momento se nos escapará de las manos, hay que perdonar y seguir adelante viviendo en paz sin hacer daño a nadie.


Que esto me sirva de lección para nunca más dejar que problemas pequeños destruyan grandes amistades. Te quiero amigo....descansa en paz!

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